jueves, 12 de junio de 2008

Llega el verano entre la libertad y la melancolía

Para nosotros los profesores el verano empieza cuando terminan las clases. Para mí ese día es hoy. Hace unos minutos al soltar el lapicero con que firmaba el anuario de mis estudiantes, me quedé pensando en mi propia experiencia de estudiante, tanto aquí como en la República Dominicana.

Sin proponérmelo, empecé un viaje de regreso a mi antigua escuela en un barrio de la Ciudad de Nueva York, y me vi como una criaturita agazapada, enganchada en una sociedad a la que aún no se había asimilado. Eran días difíciles aquéllos, llenos de nostalgia por mis amigos y familiares que habían quedado en la isla. Recuerdo que a veces estaba en clase, y me encontraba mirando el reloj, y pensando en mis amigos que habían quedado atrás. Era como vivir en dos mundo: uno conocido, pero lejano, y otro muy cerca, pero inaccesible. Luego, fui haciendo nuevos amigos, y empecé a descubrir la sociedad que me acogía.

El proceso fue largo pero me acostumbré a mi nueva escuela y a mi nuevo hogar. La nueva escuela me abrió una ventana a un mundo que yo no conocía. Las clases eran más amenas. Los estudiantes teníamos un papel activo en el salón. Pronto descubrí que no tenía que copiar todo lo que decía el profesor, sino escucharlo y tratar de entenderle. El ambiente del aula se prestaba para la comunicación entre profesores y estudiantes. Era un sistema mucho más flexible, y ponía al estudiante en el centro del su propio aprendizaje.

La forma de estudiar también era diferente, en vez de “embotellarme” el material que aprendía en la escuela, ahora me pedían que lo entendiera, y tratara de aplicarlo. No tenía que repetir lo que me enseñaban con punto y coma, sino en mis propias palabras. El estudiar había dejado de ser un ejercicio de memorización para convertirse en uno de entendimiento.

Ayer conversaba con Ariel sobre el sistema educativo de la República Dominicana, y le decía yo que el sistema escolar es un espejo de la sociedad. En éste subyace mucho más de lo que está a la vista. Existe una corriente subterránea que arrastra todo un bagaje ideológico, se sea consciente de ello o no. Mis impresiones del sistema escolar dominicano son obsoletas pues, salí de él hace muchos años. Pero, en retrospectiva, yo como educadora identifico prácticas que ahora me son cuestionables. Aunque soy consciente de que eso es lo de menos ya que un gran número de niños dominicanos no asiste a clases, y muchos de los que sí lo hacen, reciben instrucción a la intemperie y otras condiciones deplorables. Ojalá se inviertiera más en el futuro de nuestros niños.


foto: Niños pobres de de pueblos muertos de Raul Villalba

2 comentarios:

  1. El sistema educativo en New York también tiene métodos y prácticas cuestionables. Un ejemplo de eso es un niño nacido aquí al cual le doy tutoría. El chiquillo está en sexto grado y no sabe ni leer ni escribir. Me parece increíble que haya llegado tan lejos, el "No child left behind." es algo que sinceramente da miedo.

    Estoy de acuerdo contigo de que en nuestro país hay muchos métodos rudimentarios, los halones de oreja, los reglazos, las hincaderas, la práctica del arte de embotellarse las cosas. Prácticas como esas deberían ser erradicadas.

    A mi hermano que no le gustaba mucho estudiar cuando vivía allá, cuando llegó aquí se entusiasmó mucho, aprendió rápidamente inglés y de inmediato lo tenían en el cuadro de honor. El decía que le encantaba la forma en la cual le enseñaban aquí.

    Estados Unidos tiene algo que me gusta mucho con respecto a la educación, me refiero a todos los incentivos que se le da al estudiante, las becas, los premios, el poder ingresar gracias a tus buenas calificaciones a una buena Universidad. En nuestro país al estudiante no se le incentiva mucho, no se le apoya como aquí.

    Profesores con la visión que tienes tienen en sus manos el poder de cambiar y mejorar el sistema, y la experiencia que tuviste en tu ciudad natal te ayudará a hacer las cosas mucho mejor.

    Saludos

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  2. Así es Baakanit ningún sistema es perfecto, y creeme que el de la Ciudad de Nueva York tiene miles de problemas; sin embargo, eso no quita que tenga sus méritos :).

    A veces requiere más que la visión de unos cuantos. En muchos casos suele ser una decisión económica y política :(. Es una lástima que muchos niños sufran por un sistema que esta plagado de incongruencias y dirigido por gente que jamás ha estado en un aula.

    Y nuestro terruño, ya tú sabes como va eso :(.

    Saludos!

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