sábado, 1 de diciembre de 2012

Túnel

¿Es noche, o día? Es lo mismo. El aire huele a hollín. Las paredes húmedas resumen abandono, olvido. Todo es penumbra. Aguijones helados penetran hasta mis huesos. Voy dando tumbos.  Me levanto. Caigo de nuevo. Me arrastro, y voy palpando, con mis manos agujereadas por el frío, cachivaches viejos, olvidados, desechados. No los veo, pero los siento. Los huelo, los toco y sus figuras se dibujan bajo mis manos. Son míos. Sí, los reconozco. Su olor anega de melancolía mi mente, mi piel, mi espíritu. Ahí están ellos, arruinados, transformados. El viento, la lluvia, y la intemperie han sido sus verdugos. O tal vez, sólo haya sido el tiempo. ¿Cómo saberlo? Aquí dentro todo es sombra, cada día es una tonelada, y mi cuerpo ya empieza a quebrarse bajo su peso.

1 comentario:

  1. "O tal vez, sólo haya sido el tiempo" ... Si ese mismo:

    El tiempo, el implacable, el que pasó,
    siempre una huella triste nos dejó,
    qué violento cimiento se forjó
    llevaremos sus marcas imborrables.

    Aferrarse a las cosas detenidas
    es ausentarse un poco de la vida.
    La vida que es tan corta al parecer
    cuando se han hecho cosas sin querer.

    En este breve ciclo en que pasamos
    cada paso se da porque se sienta.
    Al hacer un recuento ya nos vamos
    y la vida pasó sin darnos cuenta.

    Cada paso anterior deja una huella
    que lejos de borrarse se incorpora
    a tu saco tan lleno de recuerdos
    que cuando menos se imagina afloran.

    Porque el tiempo, el implacable, el que pasó,
    siempre una huella triste nos dejó.

    (Pablo Milanés, 1974)

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